Polifenoles o Taninos

Los taninos que encontramos en el té son parecidos a los hallados en el vino y cuyas propiedades son bastante cercanas. Algunas cualidades del té, tales como el color, el cuerpo o la potencia, dependen directamente de esos derivados polifenólicos y de las transformaciones que experimentaron. Un té rico en taninos se puede reconocer fácilmente por la astringencia de la infusión, que se convierte en amargor cuando el té se deja en infusión demasiado tiempo: los taninos son liberados lenta pero constantemente, por lo que una infusión demasiado prolongada aumenta considerablemente la concentración de los mismos y da al té un sabor amargo.

 

La astringencia tiene el efecto de estrechar el tejido celular. En uso externo, el té puede utilizarse después de tomar un baño para estrechar los poros de la piel, o para enjuagar el cabello, ya que esto le dará un aspecto liso y brillante.

 

Los principales derivados polifenólicos del té son las catequinas y los flavonoides. Su acción sobre el organismo humano se ha estudiado principalmente en investigaciones sobre el té verde. Esto se debe a que la mayor parte de los estudios científicos se han realizado en Japón, país que produce exclusivamente té verde. Sin embargo, desde hace algunos años se ha extendido este tipo de estudios a las otras familias de té: tés negros, tés oolong y  tés oscuros.

 

La investigación científica ha demostrado que los polifenoles del té verde tienen un efecto sobre el llamado “colesterol malo”.

 

Por tanto, un consumo de 5 tazas de té al día ocasiona al cabo de algunos meses una baja del colesterol LDL (lipoproteína de baja densidad), el llamado colesterol malo, a diferencia del colesterol HDL (lipoproteína de alta densidad). Otros estudios que han profundizado en este efecto han demostrando que el  té verde es un auxiliar en la prevención de las enfermedades cardiovasculares, especialmente la arteroesclerosis, enfermedad arterial que ocasiona el endurecimiento de las arterias con la presencia de placas adiposas.

 

El efecto digestivo de los polifenoles también se ha demostrado: el té verde limita la absorción de grasas durante la digestión. Por tanto, una taza de té tomada al final de comida, o alrededor de 40 minutos después, facilita la digestión al activar la eliminación de materias grasas.

 

Se han estudiado asimismo varias hipótesis científicas relativas al efecto antioxidante de los polifenoles. Presentes en cantidad importante en las frutas, las verduras, el vino tinto y el té verde, los polifenoles juegan un papel esencial en la lucha contra los radicales libres, responsables del envejecimiento celular. Una de los polifenoles del té verde, la epigalocatequina galat, es en la actualidad objeto de investigaciones científicas muy especializadas para combatir el desarrollo de las células cancerígenas. Este polifenol inhibe la actividad de una enzima llamada uroquinasa, la cual es responsable de la multiplicación anarquista de las células en un tumor.

 

Hoy en día, estas investigaciones sobre el cancer se realizan en animales y deben comprobarse los mismos resultados en el hombre para establecer en forma efectiva un vínculo ligado entre consumo de té y la prevención de ciertos tipos de cáncer. No obstante, es necesario observar que estas investigaciones no se realizan con el fin de crear un cuadro terapéutico, sino únicamente en términos de régimen alimentario preventivo.